Apenas habían pasado unos días de aquella angustia que oprimía su corazón, apenas unos días del encuentro con María, que lo enviaba en nombre de la Trinidad a seguir en la tarea de la redención de cautivos. Sabiendo que no era una obra personal, salió con la fuerza del Espíritu a buscar quienes lo acompañaran y es así como forma una comunidad. Después de este encuentro ya nunca estará solo, siempre junto a los hermanos.
El carisma y espiritualidad mercedarios es un carisma comunitario. Desde sus inicios, marcado a fuego en este caminar con los hermanos, porque la redención devuelve al hombre a la comunidad. Una comunidad unida en la tarea concreta de la liberación, donde esfuerzos personales se hacen uno, como las voces que se unen en una melodía de esperanza y rescate de los hermanos cautivos.
Para poder hacer más efectivo el rescate se estudiará y profundizará, no por mera erudición, sino que se pondrán toda la energía y la fuerza por y para los cautivos. Los temores y dudas se hacen fuerza con las palabras de Jesús y María: no teman, sean fuertes en la fe. Porque lo que necesitan los cautivos es que seamos hombres y mujeres fuertes en la fe, una fe puesta a prueba en lo concreto; porque el sufrimiento de los cautivos es concreto y necesita respuestas rápidas y precisas.
En este día en que celebramos la fundación de la Orden, queremos hacerlo comunitariamente, de la mano de María, cercanos a los cautivos, comprometiéndonos profundamente y poniendo todo nuestro empeño para la redención.
Fr. Carlos Alberto Gómez